Dentro de un mes, el 26 de Junio de 2010, estaré participando en mi primera marcha cicloturista: la MounTemplaria 2010. Por si lo de "mi primera" no ha quedado muy claro, cuando digo "mi primera", me refiero a la primera de toda mi vida, la primera de todas. Y mi estado de forma es lamentable. Tengo encima un par de kilos (bueeeeeeeeeeno, lo reconozco, unos 4 kilos) más que los que tenía cuando hicimos el tramo gallego del Camino de Santiago en dos etapas y al ritmo de "entrenamiento" al que voy creo que conseguiré terminar con otros 3 o 4 kilos más encima...



Objetivo

Al inscribirme en la marcha, me había propuesto como objetivo terminar la MounTemplaria con mi bicicleta. Obvio. Al decir con "mi bicicleta" me refiero a la mía propia, una Orbea Mungia, una fantástica todocamino, con sus guardabarros y portaequipajes, sus 18kg de peso, su buje delantero con dinamo incorporada y su desarrollo mínimo 28x32.

Ahora he decidido terminar la MounTemplaria con una bici, de la marca que sea, que pese poco y tenga un desarrollo más "chiquitín".

¿El motivo? He estado revisando el recorrido del año pasado (se puede ver en wikiloc) y es duro. Y yo no estoy en forma.



Para que os hagáis una idea, el recorrido tiene un IBP de 235. Espera, repito: 235
(si no sabes que es eso del IBP puedes echarle un vistazo a esta explicación)

Teniendo en cuenta que lo más fuerte que he hecho este año ha sido un pírrico IBP 83, que la primera etapa del Camino de Santiago (103 km) tenía un IBP 123 (... esto de la MounTemplaria es como hacer esa etapa dos veces, ¡¡en el mismo día!!), está claro que tengo que tomar medidas drásticas para, por lo menos, acabar (de día) aunque sea el último en llegar.

Por eso he cambiado mi objetivo. También he tramado un astuto plan para conseguirlo. 

Los motivos que me ha llevado a dedicarle la ruta a las bogas son los mismos que me movieron a dedicarle otra ruta a las salamandras rabilargas:

• las que se pueden ver en el río Eume son endémicas del noroeste peninsular
• son una especie vulnerable, es decir, "enfrentan un alto riesgo de extinción en estado silvestre"

Además, las bogas son unos "peces deportistas", y, al igual que sus primos lejanos los salmones, remontan la corriente, salvando todos los obstáculos que encuentran en su camino, para desovar en la parte alta de los ríos. Por otro lado, las bogas tampoco tienen una fundación que las proteja, ni un avión con su nombre, por lo que pueden desaparecer sin que nadie se de cuenta.


Y ahora vamos a por la ruta. Es parecida a otra que ya publicamos aquí (La Ruta de los Cárabos), pero más cortita. Como todas las que pasan por las Fragas del Eume es una ruta genial, sobre todo por la posibilidad de recorrer (aunque sea por carretera) el mayor bosque atlántico de Europa. En esta ruta también visitaremos el centro de Pontedeume, villa histórica y con fuerte sabor a medieval. Y veremos el puente al que debe su nombre, construido por Fernán de Andrade O Boo en 1380, que tenía antiguamente un hospital para albergar a los peregrinos que iban en dirección a Santiago de Compostela. Terminaremos a la ruta disfrutando de las fantásticas vistas de la Ría de Ares y Sada que se pueden apreciar por la carretera que bordea la costa y que nos llevará de vuelta a nuestro punto de partida: Miño.

Continuad contaminando y corrompiendo vuestro lecho y cualquier noche morireis ahogados en vuestra propia suciedad.

Jefe Seattle fue jefe indio de las tribus Suquamish y Duwamish, y el autor de la frase con la que acabo de empezar la introducción a esta ruta. La frase está sacada de la transcripción (de 1887) de un famoso discurso de Seattle (de 1854). Hay cierta controversia sobre el contenido exacto del discurso y se cree que, probablemente, la transcripción no sea del todo fideligna. De todas maneras, nadie duda que Jefe Seattle fuese un gran defensor y amante de la naturaleza.

¿Cuál sería la primera palabra que se le habría pasado por la cabeza si siguiese vivo 156 años después de su discurso, tuviese un ordenador con conexión a internet, hubiese descargado Google Earth y volado virtualmente 8.506 kilómetros al este de la ciudad a la que le pusieron su nombre?


shit! (¡mierda!)

Pues si. Mierda. La que genera la ciudad de Coruña y que es vertida al mar por un tubo gigante. Por suerte están haciendo una depuradora (es la obra que se ve) y esta imagen pasará a ser historia (esperemos que antes de morir ahogados en nuestra propia suciedad). 

La ruta que proponemos hoy tiene unas vistas preciosas. La primera mitad sale de A Coruña y recorre un camino que bordea la costa en dirección a Arteixo. Podría ser absolutamente impresionante pero por culpa de tres cosas pierde todo el encanto:

• el famoso tubito viertemierda (emisario), que huele que no veas (el tubo en si no es lo que huele)
• una refinería (que tiene lo suyo también)
• una fábrica de harina y aceite de pescado, que huele PEOR que todo lo demás. No huele peor, no... ¡¡MUCHÍSIMO PEOR!!. Y te pilla en un repecho de subida.

La ruta también nos llevará hasta el puerto exterior de A Coruña. Por cierto, ¿cuales son los dos puertos exteriores más cercanos del mundo? Los de Coruña y Ferrol. Y se están construyendo casi a la vez. ¿No sería mejor hacer un puerto grande con unas buenas vías de comunicación con "el mundo exterior"  para competir con puertos importantes de Europa? No, mejor hacer dos pequeños y una Ciudad de la Cultura (lo siento, hoy me ha tocado día reivindicativo)...

La segunda parte de la ruta abandona la costa para atravesar Suevos (bueno...), Pastoriza (feo) y Meicende (muy feo), volviendo al centro de la Ciudad Herculina. Si no fuese por el olor, una ruta cortita pero interesante.

De pequeño era de los que desmontaba las cosas para ver "como funcionaban por dentro". Cualquier cacharro que caía en mis manos terminaba por piezas (sobre todo radios, relojes, calculadoras...). Todavía hoy, me sigue gustando conocer las tripas (aunque soy capaz de no desmontar mi Garmin Edge 705, a pesar de que no me falten las ganas) e intentar entender el mecanismo que hace que algo funcione.

Cuando recibí la invitación de Orbea para visitar su fábrica... ¡conocer una fábrica de bicicletas por dentro! ¡voy! Y fui. Y ahora os voy a contar lo que vi. La visita fue hace algo más de un mes y no tomé notas, así que perdonadme si se me queda en el tintero algo importante.


Otra cosa, no pude ver la fábrica "en funcionamiento", ya que llegué a Orbea por la tarde, y la gente de montaje ya no estaba (por la mañana tenía una reunión de trabajo en Bilbao). Así tengo una excusa para otra visita.