Esta segunda (y última) etapa del Tramo Gallego del Camino Primitivo es muy parecida
a la del Camino Francés. De todas maneras, la parte del principio, hasta que el Camino Primitivo converge con el Francés en Melide, es bastante más dura y más bonita (para mi gusto, claro)
la pasión según Mr. Gomalari - foto de @quecheparece
Un pequeño inciso "publicitario"(que se lo merecen por majos):
de lo mejorcito de todo el camino ha sido el sitio donde nos alojamos, una casa de turismo rural que está justo en la orilla del camino y se llama
Casa da Ponte. El trato excelente, comida y bebida "a esgalla" (expresión gallega que quiere decir que comimos y bebimos hasta que no pudimos más, aunque Manolo - el dueño - insistía que no habíamos comido casi nada y quería sacar más comida), habitaciones y baños en perfecto estado de cuidado y limpieza, y un precio inigualable. Además, se preocuparon de quedar con los conductores del autobús para recoger las maletas / mochilas en Palas de Rei (y "cargar" con ellas desde allí) y nos "reservaron" el traslado de las maletas / mochilas hasta Santiago para no tener que enviarlas por Seur (o similar). Les voy a poner seis circulitos rellenos en T
ripAdvisor.
un 10 al alojamiento y a Manolo
La segunda etapa arranca en Ferreiras, Palas de Rei, en donde terminamos
la primera etapa. Los primeros kilómetros son de "subida", hasta alcanzar la cota más alta de toda la etapa en el Monte do Hospital. Desde ahí hasta Melide la tendencia es de "bajada", aunque por en medio haya algún que otro repecho. Después, en cuanto la ruta se une al Camino Francés, empieza el subebaja rompepiernas y revientavoluntades típico de la zona (estoy dispuesto a asegurar que no hay más de 200 metros llanos seguidos) que nos llevará por los municipios de Arzúa y O Pino. Los últimos kilómetros, ya dentro del municipio de Santiago de Compostela, empiezan tras afrontar la última subida larga de la etapa. Y después de esa subida, todavía quedan unas cuantas rampas de más del 20%, antes de llegar a nuestro destino en la Plaza del Obradoiro, no vaya a ser que pensemos que nos hemos salido de Galicia.