El pasado día 12 de Mayo, el club
BTT Ultreia organizó la I Compostela BTT, una
ruta preciosa por las afueras de Santiago de Compostela. A aquellos que participamos en la ruta nos entregaron un dorsal y un chip para medir el tiempo que empleábamos en recorrer 50 km. Tras terminar la ruta, la organización publicó los tiempos y
la clasificación. ¿Y sabéis qué? Que solamente el que quedó de primero y yo
conseguimos obtener el mismo puesto que nuestro dorsal.
Lo primero que he decir es que
salir con el dorsal 1 y terminar de 1 está tirado. Sólo tienes que salir el primero y
no dejar que nadie te adelante. A mi una vez
me dieron el dorsal 1 y estuve
a puntito de conseguir terminar el primero, pero al final desistí porque era demasiado fácil. En cambio, cuando te dan el 254 no es tan fácil. Pero como soy un tipo al que le gustan los retos, en cuanto vi mi dorsal me dije: "Tú lo que tienes que hacer es terminar el 254, ¡¡¡¡podemos!!!!!". Y me pasé toda la ruta contando la gente que tenía detrás y delante. De hecho, de tanto contar me empezaron a dar calambres en las piernas en el km 30, o así, y por poco no lo consigo (tuve que sprintar brutalmente contra mi compañero de ruta justo en la meta y pasar tan rápido por delante de los fotógrafos que casi me salía de cuadro)
Pasando tan rápido que casi ni me pillan - es cuesta abajo
La ruta es muy bonita, muy de rodar, muy rompepiernas. Creo que es la primera ruta a la que me apunto en la que se obtiene ventaja por llevar una 29er. Las subidas no son muy duras, exceptuando dos o tres rampas y no tiene demasiadas zonas técnicas. Las bajadas son muy rápidas y las zonas "llanas" también. Mucha pista forestal o caminos anchotes, pero tampoco faltaron las senditas. Muy variada, muy divertida. Preciosa la zona junto al río Tambre.
La organización muy bien. En todos los cruces complicados había alguien para señalar la dirección correcta y en todos los cruces de carretera estaba cortado el tráfico para los coches. Mi única queja son las señales de dirección, que eran un poco crípticas. Bonitas, pero crípticas. Por suerte las de camino incorrecto eran muy claras. El avituallamiento bastante bien, pero yo habría puesto 2... más ¡je, je! No puedo opinar de la comida y los premios, porque aprovechando que eran fiestas en Santiago, nos fuimos a comer por el centro.
Por cierto, gracias a Carlos, mi compañero de ruta, por seguir a mi ritmo lento cuando empezaron los calambres y por ofrecerse 1.000 veces a ayudarme a estirar.