¿A qué no sabes cómo se dice en inglés petirrojo? ROBIN.


¿Y a qué no sabías que el traje de Robin, el niño prodigio ayudante de Batman, se basó en un ave que también se llama Robin?


Pero la ruta de hoy no es para ninguno de estos dos robines. Va dedicada al otro robin, un ave muy común, el petirrojo europeo, que tiene un superpoder muy poco común: es capaz de ver el campo magnético de la tierra mediante el entrelazamiento cuántico de espines de electrones. Ahí es nada.


Algo así como si llevase puestas las google glass. O como si pilotase un Airbus 319 con cabina de cristal.


Esta ruta es muy parecida a la de los Ánades Reales, pero un poquito menos dura. Sale de A Coruña por Los Castros y se dirige hacia el Burgo pasando junto al Materno. Una vez en el Burgo, sigue el paseo marítimo (mejor dicho, fluvial o algo así) hasta la Barcala. Después, sigue paralelo a la AP-9 hasta llegar al Pantano de Cecebre. Rodea una parte del pantano, pasa por Orto y Cecebre, y vuelve a O Burgo siguiendo las pistas llanitas que flanquean el río Mero. La vuelta a Coruña similar a la ida, en este caso, pasando por Oza. Seguro que verás petirrojos.

Hace cosa de un año decidí echarme al monte cargado con un tablet de 10" para ver que tal se comportaba como grabador de rutas. Aunque el resultado no fue malo, yo jamás llevaría un tablet grande en la bici, pero... ¿y un tablet de 7 pulgadas? ¿será una buena opción o será mejor un "simple" teléfono móvil?


Como siempre, la mejor manera de comprobarlo es cargarme de electrónica y echarme al monte. Y eso he hecho.

Cortar el césped en casa de tu suegra.

Cambiar los pañales de tu sobrino de 7 meses.

Planchar la ropa de las vacaciones.

Asistir a la boda de un primo lejano.

Organizar una ruta por la Fervenza del Belelle para un grupo de rapidillos (y no me refiero a estos).

Preparar churrasco para 15 personas.

Hacer el epílogo del Camino de Santiago con una previsión de más de 35 grados a la sombra.

Y no te apetece nada de nada. Si es así, te vamos a explicar una manera de escaquearte, es algo dolorosa pero 100% efectiva.

El Escribano Palustre es un ave migratoria que habita toda Europa y el norte de Asia. Como su nombre indica, suele vivir en lagunas, charcas y pantanos o estuarios de ríos. Se alimenta de insectos o cereales y, a veces, se mezcla con las bandadas de gorriones. En la época de cría, la hembra construye el nido mientras el macho canta. Su población a nivel mundial es muy abundante y muchos de estos pajaritos pasan el invierno en los humedales de la Península Ibérica.

En cambio, las dos subespecies que habitan permanentemente en España y, en particular, la que ocupa el norte peninsular se encuentra en peligro crítico de extinción. Según el censo de 2005, quedaban entre 65 y 71 parejas, la mayoría localizadas en Galicia, en concreto en la provincia de A Coruña.


Y a este pajarito, como a la salamandra rabilarga, nadie le ha dedicado un avión, aunque necesite de toda nuestra atención para sobrevivir.


La ruta de hoy, al igual que la Ruta de las Garcetas, pasa por el estuario del Río Baxoi que ha sido declarado Lugar de Importancia Comunitaria LIC, y por la desembocadura del Río Lambre, incluida en la Zona de Especial Protección de los Valores Naturales (ZEPVN) de Betanzos-Mandeo. Ámbas zonas constituyen hábitats de los Escribanos Palustres y podrás verlis en invierno, pues aquí ya no hay parejas autóctonas.


La ruta que proponemos hoy sale junto a las marismas del Baxoi y se dirige hacia el interior, subiendo a Carantoña y descendiendo de vuelta al Río Baxoi por una zona bastante cerrada de vegetación. Tras pasar Trasdoroña, se sube a Vilarmaior por una opción bastante llevadera y se desciende desde la Feria do Tres hasta el Río Lambre para llegar a Ponte do Porco. Después vuelta a Miño, paralelos a la AP9, para descender, recorrer la margen derecha del Baxoi y pasar junto a las marismas por el Camino de Santiago Inglés.