Llega ese momento del año en que toca hacer resumen de todo lo ocurrido. Lo primero decir que este es el artículo 222 del blog, cosa que supongo no interesa a nadie más que a mi, pero ahí queda para los datos. Después, como otras veces (2010, 2011 y 2012), voy a resumir un año de bici con un par de imágenes.


Un año de muchas rutas por orillas del Río Mero y el Pantano de Cecebre, bastantes rutas por Miño y casi nada por Magalofes. En la imagen de abajo se ve el trazado del Camino del Norte, la I Compostela BTT, la Ruta de los 16 Puentes de As Pontes y una rutilla que hice cerca de Arzúa. Como siempre, he sufrido bastante, como se puede ver en la imagen siguiente, en la que el color indica las pulsaciones (naranja muy altas, amarillo altas, azul normales).


Para el que tenga más curiosidad, puede ver todos los datos de 2013 en Google Earth.

En cifras: en 2013 he recorrido solamente 1.244 km en un tiempo total de 97:49:50 (97 horas, claro), a una media de 12,7 km/h y con una velocidad máxima de 65,6 km/h. Todas esas horas en la bici me han hecho consumir 80.884 calorías (menos mal, sino ahora mismo sería capaz de rodar sin bicicleta) con una frecuencia cardíaca media de 143 pulsaciones por minuto. He ascendido 24.831 metros y descendido 24.654 metros. Y tampoco he dibujado ningún dragón.

La verdad es que este año las cifras son un poco escasas y eso se debe, sobre todo a...


A que me rompí un par de huesos de la mano izquierda en una de las caídas más tontas de mi vida y eso me tuvo parado algo más de 2 meses (y a muy poco ritmo un mesecito más).

Este ave es omnívora y suele buscar su alimento en las zonas poco profundas de los humedales. Los adultos prefieren las semillas de las plantas acuáticas y las crías se alimentan, principalmente, de pequeños invertebrados. Suelen poner bastante huevos, una media de 11,8 por nidada. Son bastante gregarios y poco agresivos.

Y a este pato, como a la salamandra rabilarga o al escribano palustre, nadie le ha dedicado un avión, aunque necesite de toda nuestra atención para sobrevivir.


La ruta de hoy sale de A Coruña y se dirige hasta o Burgo. De allí, recorre las pistas del paseo fluvial del Mero hasta la Presa de Cecebre. Luego, una vuelta junto al pantano para llegar muy cerca de Guísamo y regresar al paseo del Mero y, de allí, a O Burgo. El regreso a Coruña por Oza. Una ruta muy tranquila en la que existe una pequeña probabilidad de que veas una cerceta pardilla, Amadeo las vió.

NOTA: otras opciones para visitar el Embalse de Cecebre

Hace poco más de una semana, tras publicar el artículo sobre Jetflow, recibí el siguiente comentario:


Resulta que ese producto se llama Convertube y cumple una función similar a la de Jetflow: olvidarte de las bolsas esas (asquerosas) que traen las mochilas de hidratación de la bici y usar, en su lugar, botellas normales.



Este sistema se basa en un tapón de botella con dos agujeros, uno conectado al tubo por el que sale el líquido y otro con una boca de pato para que entre el aire. Además, dispone de varios adaptadores de roscas para distintos tamaños de botellas. Hasta tiene uno para usar con las cantimploras del Decathlon.

Una de las cosas que menos me gustan de las mochilas de hidratación son las bolsas donde se introduce el líquido. Un día se te ocurre meter tu bebida isotónica favorita y lo que antes era una bolsa transparente empieza a recordar peligrosamente a las bolsas esas que te dan para meter tus productos en cierta tienda de origen sueco. Y eso por no hablar del saborcillo a rancio que van cogiendo, aunque las laves a menudo o las guardes en el congelador.



Por eso el día que, leyendo un conocido blog norteamericano de ciclismo, descubrí Jetflow, decidí que tenía que probarlo.

Jetflow es un sistema bastante ingenioso que te permite llevar "botellas normales" y no bolsas de plástico en tu mochila de hidratación. El sistema lleva un colector en la parte inferior, al que se enroscan las botellas y del que salen dos tubos, uno para la entrada de aire y otro para la salida del líquido.



Además, mediante unas roscas adaptadoras, permite conectar, en teoría, cualquier tipo de botella.