Por eso, a pesar de haber anunciado hace años mi retirada definitiva de la competición, me he vuelto a apuntar a la ruta que organizan los componentes del Club BTT Fene: La III Ruta BTT Sendeiros de Fene.
Esta ruta me gusta por muchos motivos, pero el principal es porque la gente del Club BTT Fene hace un trabajo descomunal de preparación del terreno, desbrozando muchos caminos y hasta construyendo puentes en uno de mis destinos no-tan-secretos de práctica del BTT.
Monte gallego reluciendo bajo la lluvia. pic.twitter.com/Xsh6gbiRV3
— miorbea.com (@miorbea) agosto 27, 2014
Pero dejémonos de prolegómenos y vayamos al grano. ¿Cuál es mi objetivo para esta ruta?
No es acabar. No.
No es arramplar con los plátanos y los Aquarius de los avituallamientos. No.
No es comer cantidades ingentes de empanada y tortilla en la llegada (u otras deliciosas viandas si las hubiere). No.
No es deshonrar al dorsal 1, como tuve que hacer hace 2 años (ya me han asegurado que esta vez no me toca). No.
No es simplemente llegar, aunque sea atajando. No.
Esta vez voy a por todas con un objetivo bien claro: voy a terminar la ruta, con una distancia de 5 millones de centímetros y un número indeterminado de milímetros de desnivel positivo acumulado, en menos de 4 horas. Se acabó ser el lentorro, voy a sacar el quasi-rapidillo que llevo dentro.
Tened en cuenta que si para conseguir este objetivo tengo que no parar en los avituallamientos, lo haré. Y eso es decir mucho. Cuidadito conmigo que estoy muy lanzado. Si subiendo oís un "¡¡Por tu izquierda!!", apártaos rápido, que puedo ser yo. ¡¡Mucho cuidado que esta vez me voy a tomar la ruta muy en serio!!
Estáis advertidos.
Este año muchos de vosotros vais a ver esta parte de mi maillot....